Conocer Zaragoza: octubre 2009

CASA FLOREZ:

Edificio de viviendas y dos locales comerciales proyectados para Manuel López Florez en 1903 por el arquitecto Félix Navarro Pérez. Se ubica en el Paseo de Sagasta número 13, y contiguo a Casa Retuerta.

Es el primero de los ejemplos, que podemos ver en el paseo, de vivienda no construida en chaflán; el inmueble se erige entre medianerías sobre una amplia parcela rectangular con la particularidad de poseer su propio patio posterior. Como la mayoría de las edificaciones de la calle consta de sótano y cinco plantas.

Artísticamente el inmueble representa una evolución de la plática arquitectónica de Félix Navarro, pasando progresivamente de un lenguaje modernista a una mezcla más ecléctica. Fruto de ese cambio es el gran sentido simétrico del inmueble, proyectado en torno al eje visual del acceso (de rica decoración) y un triple eje de vanos, ciego el central, enfatizado por magníficos elementos de hierro. A ambos lados del eje se abren una serie de vanos abalconados de iguales características con ornamentación abundante y jerarquizada; desarrollada siempre a los márgenes o lados de los vanos o ventanales.

Se remata la fachada con una cornisa de fábrica, con un remate en el centro como coronamiento. Resulta novedosa en la obra de este arquitecto la utilización por primera vez de elementos figurados, concretamente cabecitas femeninas.

Conserva la casa la puerta de dos hojas de madera tallada de carácter ya eclecticista, al igual que las decoraciones del zaguán con vistosas escayolas.

CASA RETUERTA:

Próximo a la casa Corsini se localiza el emblemático mirador de la Casa Retuerta, sin duda alguna una de las interpretaciones modernistas más singulares de las conservadas en Zaragoza. El inmueble se localiza en el número 13 del mencionado Paseo de Sagasta y fue diseñado o proyectado por el maestro de obras de Talavera, Juan Francisco Gómez Pulido, en marzo de 1904. El edificio se erigió para Don Hilario Jesús Retuerta; y como la mayoría de las edificaciones de comienzos de siglo cuenta con la aprobación de Ricardo Magdalena, arquitecto municipal, al que históricamente se le ha atribuido la obra.

Como los dos ejemplos anteriores se trata de un conjunto de viviendas levantado sobre un amplio solar en esquina de este nuevo ensanche Zaragozano; consta de cinco plantas y sótano; con fachada a dos calles que se resuelve con un mirador de hormigón armado que se desarrolla en todas las plantas excepto en la baja. Se estructura dicho mirador mediante el rico juego de un fluido diseño de líneas, que a modo de verdes tallos florales estructura y soluciona la estructuración, casi funcional de las plantas.

Las dos fachadas del inmueble se componen a base de ejes de vanos abalconados, con un acertado uso del diseño, en el que destaca las molduras del trasdosado de los vanos de la planta baja que enfatizan su modernidad usando una sorprendente reinterpretación del arco de herradura.

El deseo funcional del arquitecto hizo que la decoración vegetal quede prácticamente eliminada, reduciéndola al remate de las fachadas y a la interesante rejería de balcones y puerta.

Con un lenguaje sobrio y estructural, con mirador de diseño muy geométrico y ornamentaciones de carácter floral, perdiendo el carácter adjetivo de lo ornamental, Juan Francisco Gómez Pulido consigue erigir una de las grandes construcciones del modernismo zaragozano.